Siempre hemos sabido que las plantas crecen hacia dónde hay sol, y que mejor ejemplo que la flor que a este efecto le debe su nombre, el girasol. Pero esto no se trata de una maravilla de la naturaleza sino más bien una locura de la robótica, se trata de una maceta con patas mecánicas que camina hacia dónde hay luz, permitiendo que la planta obtenga la mayor cantidad de sol posible. Por el momento es solo un diseño concepto y no hay mucha información en cuanto a su funcionamiento, pero suponemos que deberá tener algún tipo de sensor de luz o de calor o de infrarrojos o algo extraño y ñoño. Imagine un mundo en dónde las plantas caminen de aquí para allá en su casa para buscar el sol, o que tal toparse con esta maceta a media noche cuando se pare a obscuras para ir al baño (y peor aún, que por la luz del baño sea atraída y lo espere afuera del baño, espeluznante no?).
Fuente: Gizmodo
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